lunes, 5 de mayo de 2008

Oler un aire distinto...


Me encanta subirme a un tren y tener mil horas por delante para pensar.
Mirar a mi alrededor. No conocer a nadie. Perderme en sus miradas y tratar de ver a traves de ellas; entender que tras cada mirada hay una persona con una vida tan compleja (o quizás más) como la mía.
Mirar por la ventana. Sentir que el viento golpea en mi frente, me despeina. Ver las antenas, el cielo, los rayos de sol. Sentir que estoy lejos de casa. Llegar a un nuevo lugar...

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